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La materia prima para elaborar este producto son plátanos aún sin madurar, que no cumplen con los criterios de calidad establecidos para su comercialización, "Son piezas que normalmente se desecharían, pero que tienen un alto valor nutricional", explicó la investigadora del Instituto, Ana Piedra. Esta científica argumentó que a través de este proceso "se da valor a residuos orgánicos de empaquetados como ingredientes para elaborar otros productos alimentarios".
Los desarrolladores del producto afirmaron ayer que contiene muy buenos niveles de magnesio y potasio, lo que hace atractivo para todo tipo de consumidores y en especial para niños y deportistas. Además, el almidón que contiene, al ser de absorción lenta, se comporta como una fibra, algo que según los investigadores repercute en la disminución de los niveles de colesterol y es beneficioso para la prevención de enfermedades del corazón.
El proceso para obtener este tipo de harina no es complicado. En primer lugar, se quita la piel de los plátanos. "Este es el paso que cuesta más trabajo, ya que por ahora se tiene que hacer de manera manual, porque no existe ninguna maquinaria que lo lleve a cabo", explicó Piedra. Seguidamente, las frutas se mojan con antioxidante, para evitar que se pongan negras, y después se desecan para eliminar todo el agua de las piezas de fruta. El siguiente paso es moler las porciones en una trituradora para después tamizarlo.
El resultado es una harina de un color parecido al gofio, que los investigadores aseguran que no huele ni sabe a plátano. Para comprobarlo se ofreció ayer una degustación de productos elaborados con este tipo de harina a quienes asistieron a la presentación.
Quienes se acercaron a probar las magdalenas cocinadas con la harina procedente de plátanos verdes del Archipiélago pudieron comprobar que el sabor se podía identificar con el de cualquier producto integral.
El uso de esta harina se recomienda sobre todo en la elaboración de repostería. Sin embargo, para utilizarla como masa para panes, esta harina tiene que ser combinada con las de otro tipo. "Solamente se puede remplazar un 10% del total de la harina por la obtenida del plátano", afirmó la investigadora. Aun así todavía queda investigar el comportamiento de este producto en la elaboración de bases para pizzas y pasta.
Los celíacos se muestran esperanzados por la introducción en el mercado de este nuevo tipo de harina. El portavoz de la Asociación de Celíacos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, José Luis Iglesias, argumentó ayer durante la cata del producto que espera que cuando esta harina llegue al mercado su precio no se incremente, como ya ocurre con otros tipos de harinas sin gluten, ya que su precio es hasta tres veces superior al de la harina convencional.
Pero no solo las personas celíacas o diabeticas pueden salir beneficiadas de la comercialización de este producto alimentario. El desarrollo de este tipo de harina también puede suponer un beneficio para el sector turístico, ya que podría venderse la repostería elaborada con ella como un producto típico del Archipiélago.
Por ahora, se trata de un proyecto que se lleva a cabo tan solo en los laboratorios del Instituto Canarios de Investigaciones Agrarias, pero el deseo de sus desarrolladores es que este proyecto pase de ser algo que se investiga a pequeña escala en un laboratorio a un proyecto industrial, que permita su comercialización.
Este es uno de los objetivos del Foro de Innovación que se celebra hasta hoy en la capital, dar a conocer proyectos innovadores de la isla para que puedan dar el salto al gran público.
Fuente: freshplaza.es