Se publica una encuesta alimentaria llevada a cabo entre noviembre del 2010 y abril del 2011 en la cual se informa de los resultados obtenidos en la medida de la acrilamida y el furano en una amplia gama de productos alimenticios de empresas al por menor en el Reino Unido. Se trata del cuarto año consecutivo de un programa permanente para medir dichos niveles.
El número de productos de la muestra durante el estudio fue de 248 los cuales representaban a los diez grupos de alimentos tal como especifica la Recomendación de la Comisión (EU) ) No. 2010/307 sobre el control de acrilamida en los alimentos. El número de análisis realizados fueron de 248 para la acrilamida y 92 para el furano.
Al igual que años anteriores, los resultados han sido enviados a la EFSA (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) para su cotejo con los resultados de otros Estados Miembros y poder analizar las tendencias en la UE y en el caso del furano, una evaluación de riesgos.
Los análisis estadísticos llevados a cabo durante el periodo de 2007-2011, muestran que puede haber una tendencia a la alza en los niveles de acrilamida en los alimentos elaborados a base de cereales y de formulas infantiles (con exclusión de las galletas) y una reducción de la acrilamida en otros productos como precocidos de patatas fritas, productos de patata para el hogar y pan.
Para la mayoría de los productos no se encontraron evidencias de las tendencias que siguen.
Dado el número relativamente reducido de los productos incluidos en la muestra para las encuestas del Reino Unido, y la magnitud de las tendencias observadas, no es posible en esta etapa llegar a conclusiones definitivas y por lo tanto la investigación de la Agencia puede ser necesaria para establecer si los cambios en las practicas de fabricación están teniendo el efecto deseado.
De los 248 productos en los que se analizo la acrilamida durante la encuesta del 2010-2011, trece sobrepasaban los niveles aceptables para su grupo de alimentos, debido a ello, la Agencia a pedido a la Autoridad Competente permiso para investigar.
El número de productos analizados para el furano se incrementaron para esta última encuesta.
Los productos con los niveles más bajos de este compuesto fueron las patatas fritas, el café soluble y los sucedáneos de café. Los mayores niveles de furano se encontraron en las palomitas de maíz dulce y café tostado. Esto puede ser debido a las diferencias en los niveles de precursores naturales del furano que se producen en estos productos o/y en sus altas temperaturas de procesamiento.
Sin embargo, no se pueden extraer conclusiones definitivas en esta etapa en particular sobre las tendencias en los niveles de furano. Encuestas adicionales que se están llevando a cabo durante el periodo 2011-2013 ayudaran a proporcionar a la Agencia mas información.
Un poco más sobre el furano
El furano comparte categoría con las dioxinas, ya que ambos se consideran contaminantes orgánicos persistentes en el medio ambiente (COP), sustancias muy tóxicas que se disuelven mejor en grasas que en agua.
Considerado por la Agencia Internacional del Cáncer (IARC) como "posible cancerígeno para los humanos", en estudios realizados con animales, el furano se ha comportado como un tóxico que afecta al hígado y al riñón.
EFSA cree que son necesarios más datos, tanto de toxicidad como de exposición en los humanos, para poder realizar una evaluación real del riesgo. Esto explica que durante los cuatro últimos años la agencia se haya dedicado a realizar un exhaustivo estudio en el que se han recogido datos acerca de la presencia de furano en los alimentos sometidos a tratamiento térmico.
Hay más de 130 formas distintas de furanos con capacidad para provocar efectos adversos, no sólo en el organismo humano, sino también en el medio ambiente. En la mayoría de los casos, el riesgo procede de los átomos de cloro que contiene. Aunque la información sobre estas sustancias es escasa, se ha podido determinar que la mayoría se generan como subproductos de ciertos procesos térmicos industriales y caseros.
Los furanos, que flotan en el aire como partículas sólidas o vapores, llegan a la atmósfera a través de los tubos de escape de los coches, tras la quema de carbón o madera o durante la producción de electricidad. Se adhieren al suelo y en los sedimentos de ríos y lagos, de ahí que los peces acumulen más furanos en su interior, cuya concentración puede ser 10.000 veces superior a la del agua. En los humanos se acumulan, sobre todo, a través de la alimentación.
Hay más de 130 formas distintas de furanos con capacidad para provocar efectos adversos, no sólo en el organismo humano, sino también en el medio ambiente. En la mayoría de los casos, el riesgo procede de los átomos de cloro que contiene. Aunque la información sobre estas sustancias es escasa, se ha podido determinar que la mayoría se generan como subproductos de ciertos procesos térmicos industriales y caseros.
Los furanos, que flotan en el aire como partículas sólidas o vapores, llegan a la atmósfera a través de los tubos de escape de los coches, tras la quema de carbón o madera o durante la producción de electricidad. Se adhieren al suelo y en los sedimentos de ríos y lagos, de ahí que los peces acumulen más furanos en su interior, cuya concentración puede ser 10.000 veces superior a la del agua. En los humanos se acumulan, sobre todo, a través de la alimentación.
Fuente: newfoodmagazine.com