jueves, 12 de septiembre de 2013

Boniatos morados, un buen sustituto de las cochinillas como fuente de pigmentos

Boniato morado
El humilde tubérculo podría sustituir a los colorantes alimentarios sintéticos y naturales a base de insectos en un futuro no demasiado lejano. Hasta hace poco, la extracción de colorantes de los cultivos había supuesto un reto para los químicos. Pero ahora, unos químicos de la Universidad de Texas A&M han hecho un gran descubrimiento que podría situar a los boniatos morados como fuente de pigmentos.


Los boniatos morados contienen antocianinas, el mismo elemento químico que cubre las uvas Concord de morado y les da a las frambuesas una tonalidad morada. Como colorante alimentario, las antocianinas podrían utilizarse para crear colores que fueran desde el rosa tenue pasando por el rojo, hasta el púrpura imperial. 

Las antocianinas han demostrado ser los mejores pigmentos para la industria, pueden utilizarse para los zumos de frutas, las aguas con vitaminas, los helados y el yogur. Son estables, no se descomponen fácilmente, tienen propiedades colorantes superiores y un sabor relativamente neutral (en contraste con el sabor un poco terroso y amargo de los tintes a base de uva).

Sin embargo, las técnicas para la obtención de los colorantes de las plantas tienden a ser caros e ineficientes en comparación con la producción de otros colorantes.

Stephen T. Talcott, de la Universidad de Texas A&M, informó sobre el desarrollo de un nuevo proceso que extrae grandes cantidades de pigmento de los cultivos de raíz. Los subproductos del proceso incluyen almidón y fibra, que podrían ser utilizados como alimento para animales, en diversas aplicaciones de alimentos o como materia prima para la producción de biocombustible.


"La industria de los colorantes naturales para los alimentos y las bebidas está incrementando su valor a medida que los Estados Unidos y las compañías internacionales avanzan hacia alternativas sostenibles y asequibles de cultivos a los colores rojos sintéticos y derivados de los insectos", dice Talcott.

"Además de agregar atractivo visual a los alimentos y las bebidas, los colorantes naturales añaden compuestos antioxidantes naturales a base de plantas que pueden tener un efecto beneficioso sobre la salud". El sobrante del proceso de Talcott puede utilizarse para alimentar al ganado, producir biocombustible o ser compostado.

Actualmente, la mayoría de colorantes alimentarios rojos se obtienen en un laboratorio, mientras que algunos proceden de la cochinilla. Aproximadamente deben sacrificarse 2500 de estos insectos para crear 28 litros de carmín, un pigmento rojo que se utiliza en los caramelos, el yogur, el helado y otros alimentos.

Fuentes:
- freshplaza
- clubdarwin