lunes, 28 de julio de 2014

Puesta en marcha de un proyecto para mejorar la conservación de la fruta

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Las restricciones de la normativa europea sobre el uso de determinadosproductos fitosanitarios como la DPA y la etoxiquina han motivado que la prevención del escaldado sea una cuestión de interés prioritario para el sector productor y los técnicos investigadores, dando lugar con ello al proyecto RE-PEAR, enmarcado dentro del 7º Programa Marco de Investigación de la Unión Europea.

RE-PEAR, que se prolongará durante tres años, tiene como objetivo resolver un problema que afecta a la conservación de la fruta, en concreto a las peras y manzanas.

Los participantes en este proyecto, que recibirá una ayuda europea de 1,4 millones de euros, son tres asociaciones: la DOP 'Peras de Rincón de Soto, como coordinadora del proyecto, la Federación Nacional de Apicultores de Portugal, y la Asociación Europea de Comercializadores de Frutas y Legumbres; tres empresas (la riojana Soto del Ebro de Aldeanueva de Ebro, en cuyas instalaciones se realizará la prueba definitiva tras el estudio; la francesa XEDA y la alemana HS Luftfilterbau GMBH); y tres centros de investigación: la Universidad de Malta; el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de Cataluña e Inspiralia de Madrid.

El proyecto, presentado el pasado jueves en un acto celebrado en la casa de cultura de Rincón de Soto, también ha contado con la participación del consejero de Agricultura, Íñigo Nagore, la directora de Investigación y Desarrollo Rural, María Martín, y el gerente de la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja (ADER), Javier Ureña; y el presidente de la DOP, Eduardo Pérez Malo.

Escaldado de la fruta

Efecto de escaldado
El proyecto RE-PEAR busca una envoltura alimenticia basada en el propóleo, un compuesto que es un gran anti oxidante (el problema del escaldado es una reacción de oxidación), pero que también tiene un gran efecto antifúngico, por lo que en un solo producto se pueden combinar los dos tratamientos. 

La pérdida de color y el empardecimiento son los principales síntomas de esta afección que, si bien no altera ni el sabor ni la textura de la fruta, supone un problema a la hora de comercializar el producto. Hasta el momento, el control la fisiopatía se realizaba con el uso de sustancias antiescaldantes que se aplicaban antes de su almacenamiento e impiden la oxidación de compuestos generados por la fruta como respuesta al frío del proceso de conservación.

Por otra parte, una vez que las cámaras de atmósfera modificada se cierran, el aire que contienen es filtrado varias veces al día para reducir la presencia de oxígeno, CO2 y Etileno, con la intención de ralentizar el normal proceso de maduración.

Aprovechando estos conocimientos, se estudiarán las diferentes esporas de los principales hongos patógenos para ver sus características y tamaño con el fin de fabricar un filtro por el que se pase este aire, poder retirar estas esporas y disminuir la carga microbiana al máximo.

Finalmente, para que la fruta llegue del campo con la menor carga de patógenos posible, se elaborarán unas guías para los productores que articulen diferentes estrategias para entregar la fruta lo más limpia posible.

Oportunidad de los fondos Europeos

Íñigo Nagore ha insistido en la importancia de aprovechar los fondos europeos y avanzar en la coordinación entre entidades, empresas y administración para "obtener mayores y mejores resultados en los proyectos que impulsen el crecimiento y la competitividad del sector frutícola, en particular, y agroalimentario en su conjunto". En este sentido, ha realizado un llamamiento a "seguir proponiendo nuevas iniciativas en el marco del Horizonte 2020".

El consejero también ha animado al sector a aprovecharse de una de las nuevas medidas que incorporará el nuevo Programa de Desarrollo Rural de La Rioja y que potenciarán la cooperación a través de grupos operativas para el desarrollo de proyectos de innovación, a la que está previsto destinar 6 millones de euros.

Fuente: europapress
           larioja.com