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El estudio ha demostrado ciertos beneficios medioambientales del cultivo por aspersión -frente al cultivo tradicional por encharcamiento-, como la disminución del arsénico, algo destacable porque los niveles de este metaloide carcinogénico en el arroz son "un motivo de preocupación a nivel europeo y mundial". Así lo han señalado en un comunicado los autores del estudio, quienes han añadido que las ventajas ambientales se explican por el menor consumo de agua, ya que se necesita hasta un tercio menos.
Sin embargo, los investigadores han puntualizado que, aunque la aspersión permite aumentar el contenido de materia orgánica, tiene como contrapartida un aumento de las concentraciones de Cadmio.
Sin embargo, los investigadores han puntualizado que, aunque la aspersión permite aumentar el contenido de materia orgánica, tiene como contrapartida un aumento de las concentraciones de Cadmio.
En este sentido, el investigador del Departamento de Química Agrícola de la UAM y primer firmante del estudio, Eduardo Moreno-Jiménez, ha señalado que los niveles de cadmio en el experimento "no fueron problemáticos" porque su presencia en el suelo era muy baja. No obstante, ha continuado, este factor "puede suponer un riesgo alimentario" si los suelos tienen mayor contenido de cadmio al inicio del cultivo.
Pese a ello, Moreno-Jiménez ha afirmado que en ambientes mediterráneos son "obvias" las ventajas que suponen la aspersión y la siembra directa en términos de ahorro de agua, aumento de la materia orgánica y menor presencia de arsénico inorgánico.
En los últimos años la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han emitido varios informes recomendando reducir la ingesta de arsénico por consumo de arroz, al igual que han aconsejado reducir el cadmio en alimentos.
En los últimos años la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han emitido varios informes recomendando reducir la ingesta de arsénico por consumo de arroz, al igual que han aconsejado reducir el cadmio en alimentos.
El trabajo, en el que también han participado la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) y la Universidad de Leuven (Bélgica), ha sido publicado recientemente en la revista científica internacional "Science of the Total Environment".
Fuente: agroinformacion.com