martes, 17 de enero de 2012

La intolerancia a la lactosa

    Ser intolerante a la lactosa no es tan poco común como pensamos, de echo, datos indican que aproximadamente el 70% de la población mundial es intolerante a ella, siendo la península ibérica  uno de los pocos agraciados que apenas presentan esta afección. 

Distribución de la intolerancia a la lactosa,
siendo el color rojo los mas afectados.

       La intolerancia a la lactosa se desarrolla debido a la deficiencia de Beta-galactosidasa (lactasa) intestinal, enzima que provoca la hidrolización de la lactosa en galactosa y glucosa. Dicha enzima es producida por microorganismos intestinales, Sacharomyces fragilis y Aspergillus Niger, que van disminuyendo su cantidad a lo largo del desarrollo humano.
Existen una serie de factores que influyen en este tipo de afección:
  •         La edad, después de nacer la cantidad aumenta y luego va disminuyendo progresivamente, en función de las necesidades de la edad (si una persona deja de consumir productos con lactosa durante un largo periodo de tiempo puede llegar a convertirse en intolerante).
  •         La raza (la raza negra tiene mayor intolerancia que la raza blanca).
  •         La etnia. 
       La sintomatología se presenta en forma de dolor abdominal y diarreas. Se produce una mala absorción en el intestino, producción de gas y acidez.
Su determinación se lleva a cabo por biopsia intestinal o administración de lactosa.

        ¿Qué solución tiene? Reducir el consumo de lactosa principalmente, consumiendo productos alternativos como pueden ser:
  •           Productos fermentados: yogur , queso..., donde la lactosa ha sido fermentada a acido láctico, por lo que ya no supone ningún problema.
  •          Leches con lactosa hidrolizada, muy comunes en el mercado actual.